Y la tarde se escapa
verso adentro y yo sigo buscando
sin encontrar mi centro
y pongo ladrillo sobre ladrillo
y sigo sin dar con el estribillo
y entonces me pregunto
¿Qué es lo que viste en mi?
Ahora me pregunto si me voy a seguir haciendo la estupida y la indiferente respecto a lo que me pasa: no lo puedo manejar. No puedo usar la cabeza para pensar. No tengo cerebro para esas cosas. Mi corazon decide por mi, me maneja. Me dice: Maru, andá, no pierdas tiempo, se felíz, aunque te cueste que te rompan el corazon y que te partan la cabeza en mil pedazos.
Contigo
Hace 9 años
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