martes, 28 de abril de 2009

AL SUR

>El tiempo no para
cae la arena
hay cosas que dicen
aunque no creas

Yo me vuelvo al sur
esperando que hayan días mejores
yo quiero sol y mar azul
que nunca llueva

Dicen que cuando llueve
yo me quedo sola
dicen que cuando hay viento
estoy fuera de todo...
hay cosas que pasan
aunque no creas
hay cosas que existen
aunque no veas


AL SURRR (L)

lunes, 6 de abril de 2009

(...)Y los gestos del amor, ese dulce museo, esa galería de figuras de humo. Consuélese tu vanidad: la mano de Antonio buscó lo que busca tu mano, y ni aquélla ni la tuya buscaban nada que ya no hubiera sido encontrado desde la eternidad. Pero las cosas invisibles necesitan encarnarse, las ideas caen a la tierra como palomas muertas. Lo verdaderamente nuevo da miedo o maravilla. Estas dos sensaciones igualmente cerca del estómago acompañan siempre la presencia de Prometeo; el resto es la comodidad, lo que siempre sale más o menos bien; los verbos activos contienen el repertorio completo.
Hamlet no duda: busca la solución auténtica y no las puertas de la casa o los caminos ya hechos -por más atajos y encrucijadas que propongan. Quiere la tangente que triza el misterio, la quinta hoja del trébol. Entre sí y no, qué infinita rosa de los vientos. Los príncipes de Dinamarca, esos halcones que eligen morirse de hambre antes de comer carne muerta.
Cuando los zapatos aprietan, buena señal. Algo cambia ahí, algo que nos muestra, que sordamente nos pone, nos plantea. Por eso los monstruos son tan populares y los diarios se extasían con los terneros bicéfalos. ¡Qué oportunidades, qué esbozo de un gran salto hacia lo otro!


ex-siste. Porque está ahí, pero es externo a mi(-ex), extraño. Vive y no vive, está y no está; o mejor dicho está en mi. siempre, cada vez que quiero evocarlo, cada vez que siento su imágen.